Este fin de semana nos hemos ido al norte de la isla, a Ísafjördur (Isafiordur en spanish). Como os podeis imaginar, el sitio precioso, las anecdotas miles, el precio... de eso mejor nos olvidamos.
Después seguimos subiendo, atravesamos seis fiordos, vale es posible que el primero sea precioso, el segundo te gusta, a lo mejor el tercero tiene su encanto... pero el cuarto, el quinto y el sexto te toca un poco los huevecillos sabes? Porque, aparte, no os penseis que había autopistas, o autovias, o incluso una mera carretera convencional, no. Como decía Tommaso (el italiano) los romanos tenían mejores carreteras en su época que las que hay por el norte de Islandia. Ahora, eso sí, las están mejorando eh! que vimos un tractor y una máquina para asfaltar que suponemos que van a hacer los 500 kilómetros que separan ambas ciudades, pero claro, con calma, con muuuucha calma.
Bueno pues tras cinco horas largas de viaje llegamos a Ísafjördur, algo así como un pueblecillo, como el pueblecillo más perdío del monte más perdío de la ciudad más perdía, eso es Ísafjördur.
Segundo día de excursión. A eso de las 9.00 de la mañana habíamos quedado todos para desayunar y empezar a ver la ruta del día. Las caras? unos más perjudicados que otro, pero... también era de esperar no?
Una vez en el coche, a alguien se le ocurrió que se podía parar en el ÚNICO bar para comprar algo de chocolate... No contentos con esto, decidieron ir otra vez para cambiarlo por otro. Imaginaros el bar más perdío del mundo, con las personas más tranquilas del mundo y con un grupo de personas en albornoz rulando por las calles... Lo mismo el año que viene se hace fiesta nacional.
Bueno, pues salimos el viernes, a eso de las 9.00 de la mañana, éramos unas diez personas y nos repartimos en dos todoterrenos bastante equipados para la ocasión, que habíamos alquilado por el mismo precio que en España te puede costar la entrada de dicho coche, pero olvidemosno de eso.
Tal como íbamos subiendo, el paisaje se hacía más y más espectacular. Imaginaros miles y miles de cascadas, unas más grandes otras más pequeñas, cayendo a un lado de la carretera y, al otro lado, podeías ver como continuaban cayendo hacia el río o el océano dependiendo del lugar.
Por tanto, estaba al caer la primera parada.
Después seguimos subiendo, atravesamos seis fiordos, vale es posible que el primero sea precioso, el segundo te gusta, a lo mejor el tercero tiene su encanto... pero el cuarto, el quinto y el sexto te toca un poco los huevecillos sabes? Porque, aparte, no os penseis que había autopistas, o autovias, o incluso una mera carretera convencional, no. Como decía Tommaso (el italiano) los romanos tenían mejores carreteras en su época que las que hay por el norte de Islandia. Ahora, eso sí, las están mejorando eh! que vimos un tractor y una máquina para asfaltar que suponemos que van a hacer los 500 kilómetros que separan ambas ciudades, pero claro, con calma, con muuuucha calma.
Bueno pues tras cinco horas largas de viaje llegamos a Ísafjördur, algo así como un pueblecillo, como el pueblecillo más perdío del monte más perdío de la ciudad más perdía, eso es Ísafjördur.
Claro que las vistas que tienen los "isafjordurenses" más la quisieran tener muchos aunque sólo fuera una vez.
El pueblo está situado en medio de unos fiordos, también era evidente no? Creo que el primer tío que se asentó en ese pueblo fue porque iba de ruta turistica y se quedó sin gasolina, se construyó una casa, un bar al lado y ya se sabe... alrededor de un bar ya se crea la vida.
Una vez instalados, nuestra habitación "the latin´s room", por eso de que estabamos dos españoles y un italiano, se convirtió en el centro de reuniones. Empezamos a planear la noche... en verdad empezamos a pensar que es lo que íbamos a beber y a raíz de ahí, planeamos la noche. De la noche... lo típico.
Una vez instalados, nuestra habitación "the latin´s room", por eso de que estabamos dos españoles y un italiano, se convirtió en el centro de reuniones. Empezamos a planear la noche... en verdad empezamos a pensar que es lo que íbamos a beber y a raíz de ahí, planeamos la noche. De la noche... lo típico.
Segundo día de excursión. A eso de las 9.00 de la mañana habíamos quedado todos para desayunar y empezar a ver la ruta del día. Las caras? unos más perjudicados que otro, pero... también era de esperar no?
A eso de las 10.00 todos estabamos listo (es de envidiar que se dice a las diez y se está a las diez, incluso las mujeres, veis como no es tan difícil?).
Tiramos para el oeste, en plan de visitar el punto más al oeste de Europa (suponiendo que Islandia forma parte de Europa). Por el camino, más de lo mismo. Es increible que llega un momento en el que ves miles de cascadas y te parece normal. De nuevo, el paisaje maravilloso, de nuevo, las carreteras ni para las cabras.
Llegamos tarde a la pensión a la par que cansados, asi que, lo siguiente, un ratillo de cama para descansar. Lo que ocurrió por la noche es digno de mencionar. Los italianos se encargaron de hacer la cena, pasta claro esta (muy buena, por cierto). Después empezamos a beber y mientras tirabamos del google earth para ver la casa de cada uno, jugabamos a varios juegos y todo entraba dentro de lo normal hasta que aparecieron Linus y Vasa. Acababan de llegar de hacer un pequeño viaje por la ciudad, hasta ahí todo normal. Pero claro, cuando las cervezas y, en especial en Brennivin (ya os llevare una botellita para que lo cateis), empieza a hacer sus efectos, el viaje no se hace de cualquier de cualquier manera, se hace en albornoz. Tengo que decir que Vasa, el conductor, no iba borracho, simplemente es así.
Pues dicho y hecho, el resto nos cambiamos y nos pusimos esos albornoces tan bonito que la pensión nos había dejado y nos fuimos a ver de nuevo la ciudad.
Una vez en el coche, a alguien se le ocurrió que se podía parar en el ÚNICO bar para comprar algo de chocolate... No contentos con esto, decidieron ir otra vez para cambiarlo por otro. Imaginaros el bar más perdío del mundo, con las personas más tranquilas del mundo y con un grupo de personas en albornoz rulando por las calles... Lo mismo el año que viene se hace fiesta nacional.
Después volvimos a casa, nos cambiamos claro está y nos fuimos al pub de la anterior noche. En el bar lo típico, bailar, alguna cerveza que otra, no más, y un poco de charla con la gente. Volvimos a casa unos cuantos y dejamos por detrás a Vasa, Linus y Marina. Como cabría esperar cuando ellos llegaron nos lo hicieron saber. Es más, entraron en la habitación gritando que nos ibamos a la "playa", cuatro rocas que separan la tierra del mar, a pegarnos un chapuzón... ¿un chapuzón? ¿en el norte de Islandia un chapuzón? No, un chapuzón te lo pegas en Huelva cuando la temperatura es de 25-30 grados, aquí lo que fuimos es a sodomizarnos.
Evidentemente no hay fotos (gracias a dios! que dirían alguno). La foto sería algo así como todos en calzoncillos, de nuevo con nuestro super-albornoz y después Jon, el gallego, que pensaba que para que usar calzoncillos que después se mojan y se coje más frío... Bueno, pues el más valiente se metió hasta las rodillas, por supuesto que no era yo, y después a parte Jon, que se permitió el lujo de hacerse unos larguitos. Todo perfecto, todo precioso, todo... hasta que llegó la policía, tenía que pasar. Sólo nos dijeron que le bajaramos el volumen de la radio pero, que bonita estampa la del gallego con una mano tapandose todo lo que podía y con la otra levantada diciendo "halló!!" (¡¡hola!!).
La mañana siguiente, todos hablabamos de las anécdotas del día anterior mientras aprovechabamos para desayunar como un rey por última vez en los siguientes tres meses. Caren, la guía, nos metió por unos caminos en el que no llegaban ni las cabras. Estabamos en lo alto de un fiordo y a ambos lados sólo se veía el océano.
Después de pasar este primer camino, la carretera era la misma. Así que yo, aproveché para dormir un poco que tenía algo de sueño acumulado y después de unas cuantas horas llegamos a Reykjavik, nos pasamos por un McDonald pero sólo de pollos que no recuerdo muy bien el nombre y llegamos a casa. Una buena ducha, un buen pijamita y a esperar que se acabara el dia para caer reventado.
Sólo una cosa más... Every day I´m more in love of this country!!
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